La patata proviene de los Andes chilenos y peruanos. Pedro Cieza de León fue quien la introdujo en España, y de aquí pasó a Europa como planta ornamental para adornar jardines y patios, por la belleza de sus flores.
En España, las grandes áreas de cultivo de la patata se establecieron en
las zonas que primero recibieron a los barcos que llegaban del Nuevo Mundo. Por
ello fueron Andalucía y Galicia, primero y el País Vasco, después, donde antes
se tienen referencias de plantaciones de patatas. Lope de Vega es el primero
que nos habla de la patata de Málaga en su comedia “El hijo de los leones”
donde además de ofrecernos la descripción de la olla podrida nos hace
referencia a las patatas cocidas y asadas. Willian Borolo fue un
naturalista que vivió y murió en España y en su “Historia natural de
España” (1775) escribió : “Las patatas, alimento natural, acompañadas de
carne se comen diariamente...”. Sabemos entonces que en aquellos años ya se
usaba la patata como acompañamiento de otros productos o ingredientes.
Según el catastro del Marqués de la Ensenada realizado entre los años
1749-1756, aún no consta la patata como alimento en Villanueva de la Fuente:
"Los frutos de este término son: trigo, cebada, centeno, garbanzos,
maíz o panizo, cáñamo, cañamón , criadillas, habichuelas, vino, zumaque, miel,
cera y alguna poca hortaliza como es nabos, coles, que por lo regular sufragan el consumo y gastos de este pueblo".
Parece imposible que un producto desconocido hasta hace dos siglos esté
presente en la mayoría de los platos tradicionales de nuestra tierra.
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