sábado, 2 de noviembre de 2013

NUÉGADOS



Los nuégados son un dulce típico de la fiesta de Todos los Santos, podría considerarse un falso turrón, porque en vez de almendra están hechos con bolitas de masa frita.
El ingrediente principal de este dulce es la miel, y no por casualidad, ya la miel se recolecta durante todo el verano y para esta época ya estaba almacenada en las despensas para poder disponer de ella.
Actualmente en nuestro pueblo quedan algunas colmenas, pero en el pasado tuvieron gran importancia. Según fuentes históricas  en 1750 en Villanueva de la Fuente había "noventa y tres colmenas  en el término  y fuera de él seiscientas diecinueve: D. Álvaro Gutiérrez  cincuenta colmenas;  Matheo Ximénez  ciento;  Pedro Patón ciento diecisiete; D. Félix de Coca cincuenta; de D. Álvaro otras cuarenta y cuatro;  de Pedro Fresneda treinta y cinco;  de Domingo Ruiz doscientas ;  de Diego Ruiz dieciéis;  de Pedro Requena diez;  de Pedro González ocho; de Juan Carrasco veintiuna;  de Andrés Gómez una;  de Juan Cortés siete;  de Miguel Monte cuatro".

El resto de los ingredientes los encontramos en la mayoría de los dulces típicos de la zona como son:  el aceite, el azúcar, los huevos o la harina, aunque dependiendo de cómo se preparen el resultado obtenido es totalmente diferente.



INGREDIENTES
-  3 huevos
-   75 g.  de azúcar
-   1/2 taza (de las de café) de aceite
-   1/2 taza (de las de café) de anís
-   2 papelillos de gaseosas
-  Harina,  la necesaria para hacer una masa que podamos trabajarla sin que se nos pegue a los dedos.
-   300 g. de miel
-  Aceite para freír


Se baten los huevos y se añade el azúcar, aceite y anís. Cuando está todo bien mezclado incorporamos la harina y los papelillos de gaseosa y amasamos bien hasta formar una masa compacta.



Tomamos porciones de la masa, la estiramos y cortamos tiras. Estas tiras a su vez las cortamos  en trocitos  de un centímetro aproximadamente  encima de un plato untado con aceite y separándolos para que no se peguen unos trocitos a otros.


Los freiremos en aceite caliente  ayudándonos de un cestillo o colador metálico a modo de freidora. Cuando estén doradas las bolitas las sacamos y dejamos sobre papel  de cocina para eliminar el exceso de aceite.

En una cazuela o sartén ponemos un poquito de aceite y añadimos la miel. Cuando empiece a hervir removemos bien y cuando vaya tomando un color ligeramente tostado, pero sin llegar a quemarse echamos la bolitas que hemos frito. 
Mezclamos todo, sacamos del fuego  y vertemos en moldes apretando bien para que quede compacto.  Dejamos enfriar y desmoldamos.




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