Los nuégados son un dulce típico de la fiesta de Todos los
Santos, podría considerarse un falso turrón, porque en vez de almendra están
hechos con bolitas de masa frita.
El ingrediente principal de este dulce es la miel, y no por
casualidad, ya la miel se recolecta durante todo el verano y para esta época ya
estaba almacenada en las despensas para poder disponer de ella.
Actualmente en nuestro pueblo quedan algunas colmenas, pero
en el pasado tuvieron gran importancia. Según
fuentes históricas en 1750 en Villanueva
de la Fuente había "noventa y tres
colmenas en el término y fuera de él seiscientas diecinueve: D.
Álvaro Gutiérrez cincuenta colmenas; Matheo Ximénez
ciento; Pedro Patón ciento
diecisiete; D. Félix de Coca cincuenta; de D. Álvaro otras cuarenta y cuatro; de Pedro Fresneda treinta y cinco; de Domingo Ruiz doscientas ; de Diego Ruiz dieciéis; de Pedro Requena diez; de Pedro González ocho; de Juan Carrasco
veintiuna; de Andrés Gómez una; de Juan Cortés siete; de Miguel Monte cuatro".
El resto de los ingredientes los encontramos en la mayoría
de los dulces típicos de la zona como son: el aceite, el azúcar, los huevos o la harina,
aunque dependiendo de cómo se preparen el resultado obtenido es totalmente
diferente.
INGREDIENTES
- 3 huevos
- 75 g. de azúcar
- 1/2 taza (de las
de café) de aceite
- 1/2 taza (de las
de café) de anís
- 2 papelillos de
gaseosas
- Harina, la necesaria para hacer una masa que podamos
trabajarla sin que se nos pegue a los dedos.
- 300 g. de miel
- Aceite para freír
Se baten los huevos y se añade el azúcar, aceite y anís.
Cuando está todo bien mezclado incorporamos la harina y los papelillos de
gaseosa y amasamos bien hasta formar una masa compacta.
Tomamos
porciones de la masa, la estiramos y cortamos tiras. Estas tiras a su vez las
cortamos en trocitos de un centímetro aproximadamente encima de un plato untado con aceite y separándolos para que no se peguen unos trocitos a otros.
Los freiremos en
aceite caliente ayudándonos de un
cestillo o colador metálico a modo de freidora. Cuando estén doradas las
bolitas las sacamos y dejamos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
En una
cazuela o sartén ponemos un poquito de aceite y añadimos la miel. Cuando
empiece a hervir removemos bien y cuando vaya tomando un color ligeramente tostado, pero sin llegar
a quemarse echamos la bolitas que hemos frito.
Mezclamos
todo, sacamos del fuego y vertemos
en moldes apretando bien para que quede compacto. Dejamos enfriar y desmoldamos.
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