Un refrán de la tradición popular nos dice: "El 17 de enero San Antón es el primero". No sabemos a ciencia cierta a qué se refiere, aunque podemos pensar que es una de las primeras fiestas del año que más tradición tenían en nuestro pueblo.
El arraigo de la fiesta está asociado a que S. Antón es el patrón de los animales, y en tiempos pasados éstos eran una parte muy importante en la economía doméstica: servían de alimento, para ayudar a las tareas del campo, como medio de transporte de personas y mercancías y para comerciar con ellos.
Hoy se reducen simplemente a mascotas.
La fiesta comenzaba la víspera con las luminarias. Recuerdo que en la calle no había una casa que a las ocho de la noche no sacara tomillos e hiciera una luminaria en su puerta, para que S. Antón guardase a sus animales durante todo el año.
Grandes y pequeños salían a la calle a hacer corros alrededor de las hogueras cantando canciones y retahílas, y los chicos más valientes a saltar por encima de ellas.
El día siguiente comenzaba con la misa y la procesión del santo y después todos "a dar san Antón" con burros, mulas y algunos caballos, y a parar en las casas a que les dieran "La Cañá", que consistía en una copa de anís y los tradicionales mantecados.
MANTECADOS
INGREDIENTES
Las cantidades que pongo son las de la receta original, para ir al horno y hacer en cantidad.
Si los hacemos en casa podemos hacer la mitad o una cuarta parte.
- 1 kilo de manteca de cerdo.
- 1 vaso de zumo de naranja. (250ml)
- 1 vaso de vino blanco.
- 1/2 vaso de azúcar.
- Ralladura de limón.
- 2 kilos de harina.
PREPARACIÓN
En un recipiente ponemos la manteca a temperatura ambiente, añadimos el azúcar, el vino, el zumo de naranja y la ralladura de limón. Con la mano mezclamos bien todos los ingredientes.
Empezamos a añadir la harina poco a poco amasando hasta que podamos hacer una bola, entonces pasamos la masa a una mesa y la trabajamos bien, ya que así nos saldrán los mantecados más hojaldrados. Dejamos reposar dos horas en sitio fresco.
Extendemos la masa con un rodillo, dejándola de un centímetro de grosor y con moldes cortamos los mantecados.
Los colocamos en una bandeja de horno y horneamos a 180º durante 15 minutos (o hasta que veamos que están ligeramente tostados).
Cuando los sacamos, los rebozamos en azúcar antes de que se enfríen.