ROSQUILLOS
EN SARTÉN
Se trata de un dulce que
se podía degustar en cualquier momento ya que se podía hacer en casa sin ir al horno. Sólo
se necesitaba aceite para freírlos y el aceite estaba de cosecha en casi todas
las casas del pueblo, y no envasado como ahora, sino a granel en grandes
bidones, o garrafas de cristal.
Y, aunque hoy día nos parezca imposible no tener un horno
en nuestra cocina, hasta los años 70 no empezaron a llegar las primeras cocinas
de gas butano, y muchas de ellas sin horno.
Por tanto, para hacer los rosquillos hacía falta tener
ganas y alguna celebración, como un bautizo, un cumpleaños, una fiesta..... o
cualquier excusa que se nos ocurriese.
Recuerdo cuando se hacían en la lumbre y todos participábamos:
mi abuela y mi madre los amasaban y los hacían, mi abuelo se encargaba de meter
leña al fuego y de darles la vuelta y yo los rebozaba con azúcar una vez fritos.
Y recién hechos están deliciosos.
Ingredientes:
(para
hacer la masa)
- 6 huevos
- 1 taza de azúcar
- 1 taza de aceite
- 1 vasito de anís
- 4 gaseosas (4 papelillos blancos y 4 de color)
- Ralladura de 1 limón
- Harina necesaria para hacer una masa que se pueda trabajar,
pero que no quede dura.
Además necesitaremos:
- azúcar para rebozarlos
- aceite para freírlos.
Preparación:
Se mezclan los ingredientes hasta conseguir una masa blanda, pero que se pueda trabajar y hacemos bolitas del tamaño de una nuez
Ponemos una encima de la otra y hacemos con el dedo un agujero en el centro y freímos en una sartén o cualquier otro recipiente hondo, con suficiente aceite para que los rosquillos floten. (El aceite no deberá estar muy caliente, ya que se nos quemarán por fuera y quedarán crudos por dentro)
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.....¡Y listos para comerlos!!